El rediseño de web consiste en actualizar la apariencia, la estructura o la funcionalidad de un sitio existente. Puede incluir cambios en el diseño visual, la navegación, la optimización para móviles o la incorporación de nuevas herramientas y tecnologías.
Un rediseño permite modernizar la presencia online, mejorar la experiencia de usuario y adaptar la web a nuevas necesidades o tendencias, garantizando que el sitio siga siendo atractivo y funcional.